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Cómo los niños imitan a los adultos y una vida más saludable.

1ª parte de la serie de Mark Davies

Mark Davies es el fundador de 7Futures y lleva trabajando como consultor sobre resiliencia, bienestar y rendimiento laboral desde el año 2000. Anteriormente, trabajó como director ejecutivo de J Rothschild International Assurance, donde era responsable de las operaciones en el extranjero, por lo que cuenta con más de veinte años de experiencia en servicios financieros internacionales y un amplio conocimiento sobre la dificultad que supone para la gente con una vida estresante el intentar compaginar su carrera profesional, una buena salud, la condición física y la vida familiar.

How children mimic adult behaviour

Reconvertido en consultor sobre resiliencia, entrenador de la FA y profesor de mindfulness, Mark es el único consultor del Reino Unido que ha realizado el programa completo de Mind Fitness en EE. UU, diseñado para los marines estadounidenses, y actualmente imparte un programa sobre bienestar mental en el Britannia Royal Naval College. Con toda esta experiencia y conocimientos, hablamos con Mark para entender mejor el comportamiento de imitación de los niños y qué podemos hacer para conseguir que las familias de hoy en día hagan más deporte.

“Recuerdo que, cuando trabajaba en Medio Oriente para una empresa londinense, al principio discutía bastante con mis socios por teléfono, en la oficina y desde casa. Hasta que un día, mi hija Hannah, de apenas 9 meses y que todavía gateaba, cogió el teléfono y empezó a imitarme con mis subidas de tono, y fue entonces cuando me di cuenta de cómo influye nuestro comportamiento en nuestros hijos.

Está comprobado que los niños imitan a los adultos y que también se imitan entre sí. Cuando trabajaba en la Academia de Leicester City, los niños aprendían a jugar al fútbol copiando la forma de jugar de los demás: cuando un jugador probaba una técnica nueva y le salía bien, enseguida los demás intentaban hacer lo mismo. No hay más que ver a todos los niños pequeños manejar el iPhone de sus padres.
Sin embargo, más recientemente, digamos en los últimos 20 años, el mundo de la neurociencia se ha interesado muchísimo por las “neuronas espejo”. Es decir, células cerebrales que nos permiten aprender copiando las acciones de los demás. O dicho de otra forma, existe un sistema neurológico que puede ser el encargado del comportamiento de imitación”.

Podemos sacar partido a toda esta información para el beneficio de padres e hijos.

“En el mundo del bienestar en el que trabajo, siempre le digo al público adulto que, aunque ya sabemos que los adultos enseñan mucho a sus hijos, es importante que nos recordemos a nosotros mismos que debemos centrarnos en nuestros hijos. En términos generales, podemos afirmar que los niños que gozan de buena salud necesitan cuatro cosas fundamentales para mantenerse bien:

1. practicar ejercicio [o moverse]
2. llevar una alimentación equlibrada
3. dormir las horas necesarias
4. y lo más importante, vivir en un hogar lleno de amor y alegría

“Si los niños ven que sus padres vuelven del trabajo estresados, tensos, serios y desganados, lo más normal es que adopten hábitos similares y no sepan cómo relajarse ni descansar correctamente. Si los padres se alimentan de patatas fritas y chocolate entre horas, existe una alta probabilidad de que sus hijos también lo hagan. Y si los padres no hacen deporte, probablemente sus hijos tampoco lo harán.

Todos queremos que nuestros hijos saquen buenas notas y que tengan un buen rendimiento académico pero, a la larga, todo esto puede estropearse si los niños no aprenden a relajarse y disfrutar, a divertirse y a hacer deporte.

No se trata solo de llegar a ese estado de liberación de endorfinas que nos hace sentir bien. De hecho, como las endorfinas son un opiáceo, podríamos llegar a hacer más ejercicio del que deberíamos. Sin embargo, si disfrutas haciendo ejercicio y consigues divertirte al mismo tiempo, la respuesta hormonal es distinta y probablemente más satisfactoria”.

Hacer deporte en familia: ¿Se crea algún vínculo especial entre un padre y un hijo al hacer deporte juntos?

“Existen muchas formas para que las familias disfruten más de su vida social juntos: ¿por qué no incluir el deporte entre ellas? La ventaja es doble: se obtienen todos los beneficios físicos propios del deporte y, además, de una manera más atractiva a nivel social. Por ejemplo, correr un maratón tú solo no es igual que hacerlo con un club de running. Es un ejemplo muy común, pero si papá va al gimnasio, mamá va a yoga y los niños se quedan en casa jugando a la consola, el resultado no es tan positivo para la familia como si hiciesen deporte todos juntos.

Los beneficios físicos son evidentes: todos sabemos que el deporte tiene efectos positivos. Lo que no sabe todo el mundo es que el compromiso social hace que nos liberemos mejor del estrés y seamos más eficientes, dentro y fuera de la familia.

Hay familias que ya educan a sus hijos de esta manera, mientras otras necesitan un pequeño empujón, y el ejercicio físico puede ser una manera perfecta de iniciarse.

“A medida que vamos creciendo, recurrimos a las relaciones personales para gestionar el estrés, probablemente de manera inconsciente. Por lo tanto, la capacidad que tenemos para mantenernos conectados socialmente, con todos los beneficios físicos y cognitivos que conlleva sentirnos relajados, es fundamental para desarrollar y mantener la resiliencia.

Teniendo en cuenta el ritmo de vida que llevamos, siempre corriendo al trabajo, las familias pueden tener más dificultades a la hora de crear esos vínculos sociales: ese entorno familiar favorable. Así pues, hacer deporte juntos puede ayudar a crear ese entorno familiar favorable para el desarrollo de los niños desde la infancia, es decir, hay que esforzarse en conseguir un buen equilibrio entre el trabajo y la vida familiar cuando la familia todavía es joven. Si consigues aunar deporte, movimiento y diversión en familia, habrás conseguido una excelente manera de combinar áreas fundamentales de la vida”.

¿Se puede seguir aplicando el término “juego” a los adultos?

“Cuando los niños juegan, son bastante considerados y por lo general llegan a meter primera marcha, pero no llegan a quinta ni a sexta. La primera marcha es buena para el sistema nervioso; el niño se encuentra un poco acelerado y está disfrutando. Cuando nos mantenemos en un estado acelerado de quinta marcha durante mucho tiempo, nos puede costar tres o cuatro horas volver a un estado de relajación, como les pasa, por ejemplo, a los empresarios cuando se van de vacaciones y no consiguen relajarse hasta la segunda semana del viaje. Esto se debe a que tanto su mente como su sistema nervioso autónomo se han mantenido en un estado de aceleración continuo durante mucho tiempo.

Para los adultos que van al gimnasio, es muy útil empezar con algún juego para conseguir que bajen las revoluciones después de un día estresante en el trabajo antes de empezar la sesión de gimnasio propiamente dicha. A veces incluso puede llegar a ser más beneficioso hacerlo durante toda la hora.

Con la palabra “jugar”, nos referimos a que el sistema nervioso autónomo está en equilibrio y regulando los órganos corporales y sus sistemas de tal manera que nos lleva a sentir bienestar. No todo el mundo sabe que nuestro sistema nervioso nos permite tanto estar en funcionamiento como ayudarnos a recuperarnos. Debemos hacer caso omiso de los comentarios de los demás o los pensamientos propios que nos dicen que descansar es de débiles. Simplemente estás utilizando tu fuerza mental para mantener el pie sobre el acelerador. Tener fuerza mental es bueno, pero tu mente y tu cuerpo necesitan descansar si quieres mantenerte con energía. Los deportistas de élite ya lo tienen muy claro, pero los demás aún no hemos llegado a entender la importancia de la recuperación. Contra el estrés, “jugar” es una excelente medida”.